Un estudio inmobiliario presentado por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) señala que en el país, la etapa de precios desbordados de la vivienda está llegando a su fin, pero que el hecho de conseguirla se ha vuelto toda una odisea.
No es un tema para ‘rasgarse las vestiduras’: la burbuja inmobiliaria también tuvo su efecto negativo con el desplome de los precios internacionales del petróleo. Con la situación aún crítica, pero más controlada, Anif apunta a que el tema mejore.
“Ahora asistimos a un nuevo ciclo de destorcida cubriendo los años 2015-2017 (pero podría extenderse hacia 2018 en función de la tensión macrofinanciera)”, indica el reporte de Anif, diciendo que la situación no es la misma en todos los sectores, ni en todos los estratos.
Las mayores reducciones de los precios de vivienda se han dado en Barranquilla y Bogotá, pero en ciudades como Medellín y Cali van en ascenso. De su lado, los costos para estratos alto y medio han bajado, mientras que para los bajos se mantiene igual, pues los impulsos del Gobierno en subsidios y casas gratis no permite que la dinámica sea mejor.
Cierra el informe diciendo que la reducción de precios se acentúa más en la vivienda nueva que en la usada, y que a 2016, es más difícil acceder a una vivienda que en el 2010, reduciendo esta problemática en las familias que han logrado acceder a los programas de vivienda subsidiada de bajo valor.